Txalaparta y Autoconocimiento (12)

Reconexión de los Hemisferios Cerebrales (2)

El trabajo que hagamos para mejorar la conexión de los Hemisferios Cerebrales izquierdo y derecho tiene muchas más implicaciones que el mero hecho de mejorar nuestra coordinación.

Como ya hemos visto en el artículo anterior, cada Hemisferio cerebral tiene unas funciones específicas, el Hemisferio izquierdo se ocupa de las funciones lógicas y de todas las actividades que tienen que ver con el plano físico, con la forma, con lo concreto. El Hemisferio izquierdo es el territorio del Ego.

Por su parte, el Hemisferio derecho se ocupa de todas las actividades relacionadas con la creatividad, el arte, la música, etc. El Hemisferio derecho es el territorio de la Consciencia.

Características de los Hemisferios Cerebrales

Esto tiene muchísimas repercusiones en nuestra vida, y en nuestra forma de ver y de vivir la vida. Una vez asumido que es muy importante que ambos Hemisferios tienen que trabajar conectados y en la misma dirección, ahora hay que tomar la decisión de cuál de los dos va a tomar el mando de nuestra vida y cuál va a ejercer la función de apoyo del otro, es decir, va a estar al servicio del otro.

Esta es una decisión que en la práctica ya ha sido tomada por todo el mundo de manera inconsciente. Se puede asegurar que el 100 % de las personas vivimos, en un principio, nuestra vida bajo la dirección del Hemisferio izquierdo y que solo un porcentaje muy pequeño de esas personas realiza la transición, mediante un trabajo consciente, de trasladar la dirección de su vida del Hemisferio izquierdo al derecho.

El Hemisferio izquierdo como ya he dicho es el territorio del Ego, del personaje. La vida vivida bajo su dirección está dirigida por el miedo y sentimos angustia. Nuestra referencia está en el exterior y necesitamos que el exterior cumpla nuestras expectativas para estar bien y sentirnos “felices”. El problema es que no tenemos ningún control sobre lo que pasa en nuestro exterior, por eso nos pasamos la vida desarrollando estrategias para tratar de controlarlo o para protegernos de él cuando sentimos que no podemos controlarlo. Desde este Hemisferio nos sentimos vulnerables, no sabemos por qué nos pasan las cosas que nos pasan, lo juzgamos todo y reaccionamos de manera automática a las situaciones que nos toca vivir, es decir, no podemos elegir nuestras respuestas, aunque no seamos conscientes de ello.

Por el contrario, cuando tomamos la decisión de que sea el Hemisferio derecho el que dirija nuestra vida, entramos en el territorio de la Consciencia, donde solo hay Unidad, donde es el Amor el que dirige nuestra vida y donde nos sentimos en paz. Nuestra referencia está enfocada hacia el interior, por lo que nos sentimos bien pase lo que pase en el exterior y, por lo tanto, nos sentimos invulnerables y al sentirnos invulnerables no necesitamos desarrollar estrategias para defendernos de nada, ni para controlar nada. Desde ahí solo hay aceptación de todo lo que nos pueda suceder, y la serenidad que nos produce esa aceptación nos permite elegir la respuesta que vamos a dar a las experiencias por las que nos toca pasar.

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